La principal causa de podredumbre es la descalcificación de la planta.
Los tomates pueden desarrollar podredumbre de sus frutos aún cuando están en etapa de crecimiento.
Esta podredumbre es originada por la falta de calcio en la planta, un macronutriente esencial para el crecimiento de casi todas las plantas del huerto.
Su falta en el tomate puede notarse en la zona apical principalmente. Los frutos comienzan a perder coloración en la parte inferior, volviéndose más naranjas o amarillos (¡Ojo! Esto no se debe confundir con la etapa de maduración del tomate!).
Su tamaño se reduce ligeramente y la piel se arruga, después se ablanda y se desprende poco a poco del tomate. Al final, la tonalidad del fruto se torna café oscuro o negro.
¿Cómo se puede evitar la descalcificación?
Controlando el riego
Una de las causas de la pérdida de calcio se debe a que nuestra planta ha sufrido de estrés hídrico, es decir, que se estresa o sufre por tener un riego deficiente.
Para evitarlo, no riegues en las horas de más calor, esto solo evaporará los nutrientes y la planta no absorberá el líquido que necesita.
Establece una rutina de riego y ajusta las necesidades de hidratación de la planta, es decir, conoce bien sus cuidados y observa su comportamiento.
Añade calcio
El calcio puede extraerse fácilmente de elementos orgánicos que tenemos en casa y que funcionan muy bien como abono cálcico para nuestra tomatera.
Puedes añadir una sustancia fertilizante de rápida absorción, solo diluye un vaso de leche (puede ser de vaca o cabra) en un litro de agua.
Aplica esta solución como un riego tres veces por semana y funcionará bien para que tus tomates maduren adecuadamente
También puedes optar por un abono de lenta absorción, el cascarón de huevo es perfecto para esta ocasión. Tritura cascarones de huevo (deben estar limpios) y colócalos sobre el sustrato de tu tomatera, formando una pequeña cama de al menos 1 centímetro de grosor.
